A diferencia de los animales que con el fin de reproducirse y perpetuar la especie, tienen periodos de celo en los que machos y hembras se unen de una forma más o menos sólida, los seres humanos nos relacionamos y nos vinculamos de una forma más compleja: nos enamoramos.
La finalidad del enamoramiento va más allá de la simple función reproductora, buscando la intimidad, la cercanía con otra persona para compartir pensamientos y sentimientos profundos.
¿En que consiste el enamoramiento?
El enamoramiento supone una auténtica revolución hormonal transitoria.
Cuando nos enamoramos nuestro cerebro segrega endorfinas aumentando nuestra sensación de placer y bienestar.
Además del «enganche bioquímico» inicial, durante el periodo del enamoramiento desplegamos fantasías sobre la relación y proyectamos en la otra persona nuestro ideal de pareja obviando cualquier dato que pudiera desmontar la teoría de que se trata de «la persona perfecta» y sesgamos cualquier información que pudiera dar al traste con esta idealización visión ideal.
Del enamoramiento al amor
Al enamorarnos empezamos a vincularnos y a conocer a la otra persona hasta cierto grado de intimidad.
La posibilidad de que la relación continúe o no pasará por la transformación del enamoramiento en amor. ¿Cómo ocurre esto?
- Conociendo realmente a la otra persona con respeto y aceptando las diferencias entre ambos sin pretensiones de que «cambie» para que se ajuste a mi ideal.
- Compartiendo sentimientos de manera más profunda y orientando la relación hacia una comunicación emocional más enriquecedora para ambos y para la pareja.
- Entendiendo que el amor no es la búsqueda de alguien que nos ayude a evitar la soledad, sino protección, cariño, cuidado mutuo junto con el componente erótico
Tipos de amor
Robert Stenberg desarrolló la teoría triangular del amor que establecía tres componentes del amor:
- La pasión que nos lleva a la interacción sexual a través de la atracción física
- La intimidad o cercanía que propicia compartir sentimientos mutuamente
- El compromiso o la decisión de amar inicialmente y mantener la relación posteriormente.
La combinación de los 3 elementos va a dar lugar a siete tipos de amor que pueden ir cambiando a lo largo de una relación.
- AMISTAD: Intimidad + Compromiso (No hay pasión)
- ENAMORAMIENTO: Pasión
- AMOR VACÍO: Compromiso (Característico de parejas que permanecen juntas por los hijos, la familia…)
- AMOR DE COMPAÑEROS: Intimidad + Compromiso
- AMOR ILUSORIO: Pasión + Compromiso (No hay intimidad ni conocimiento del otro)
- AMOR ROMÁNTICO: Pasión + Intimidad
- AMOR CONSUMADO: Pasión + Intimidad + Compromiso
No sé si estoy enamorado
Dudar sobre si queremos o no a una persona es más habitual de lo que creemos.
Si analizamos, por ejemplo, lo que sentimos por una persona tras muchos años de buena convivencia y hacerlo en términos de «todo o nada» o desde el amor como enamoramiento o como amor romántico, puede ofrecer un resultado de que «no estamos enamorados». Sin embargo, un amor de compañeros construido con intimidad y compromiso con una convivencia armoniosa es amor satisfactorio y responde positivamente a la pregunta de si queremos o no a una persona.
Permanecer eternamente enamorado es imposible desde el punto de vista psicobiológico. Pasada la revolución hormonal inicial del enamoramiento, todas las personas tendemos a neuronormalizarnos en una situación más estable y armoniosa.
No obstante, hay ocasiones en que sentimos que ya no compartimos nada con el otro: la pasión se fue, no hay intimidad y nada nos vincula. Quizás sea entonces el momento de poner fin a una relación y hacer el duelo .
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